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Foto del escritorPierrick Massé

LOS MAESTROS CANTORES DE NUREMBERG, de Richard Wagner

Actualizado: 27 may

 

DATOS PRÁCTICOS

>> Teatro Real,  Pl. Isabel II, s/n, Centro, 28013 Madrid

>> Del 24.04 al 25.05.2024

>> Desde 18 € ver enlace 

 


Entre el 24 de abril y el 25 de mayo el Teatro Real ofrecerá 9 funciones de una nueva coproducción de Los maestros cantores de Núremberg, de Richard Wagner (1813–1883), que unirá a dos directores muy queridos del público de Madrid: Pablo Heras Casado, principal director invitado del Teatro Real, y Laurent Pelly, gran maestro del universo simbólico de la comedia –La hija del regimiento (2014), Hansel y Gretel (2015), El gallo de oro (2017), Falstaff (2019), Viva la mamma! (2021) e Il turco in Italia (2023)– que se enfrenta ahora a su “primer Wagner” en una monumental producción con 135 artistas sobre el escenario.




 

Los maestros cantores de Núremberg, estrenada en el Teatro de la Corte de Múnich el 21 de junio de 1868, es una obra singular en la producción de Wagner y el décimo título de su catálogo operístico. La trama transcurre en un espacio y un tiempo muy concretos: la ciudad de Núremberg, durante una sola jornada –la noche y el día de San Juan– en el siglo XVI, coincidiendo con la vida real del poeta, músico y zapatero Hans Sachs (1494-1576), convertido en protagonista de la partitura y cuya estatua preside hoy la plaza que lleva su nombre en la ciudad.

 

Los protagonistas de la ópera son miembros de un gremio de artesanos burgueses que compaginan sus oficios con el arte de crear canciones bajo reglas muy estrictas y minuciosas. La llegada de un forastero que, por amor, intenta participar en uno de sus severos concursos de canto con una arrebatadora e inspirada canción fuera de todos los cánones establecidos, genera entre los Maestros cantores un encendido debate estético y filosófico entre lo transgresor y lo normativo en la creación artística, que va creciendo en complejidad a lo largo de toda la ópera, evocando las grandes corrientes de pensamiento del Romanticismo centroeuropeo.

 

Wagner, autor también del libreto concebido a través de un sesudo trabajo de documentación sobre el universo gremial de los maestros cantores en Núremberg, da alas a sus reflexiones filosóficas enfrentando a los partidarios de la tradición reglada e inamovible representados por Sixtus Beckmesser –caricaturizado sin piedad– y los defensores de la libertad creativa del artista, encarnada por el joven Walther von Stolzing. Entre ambos, la figura conciliadora y abnegada de Hans Sachs, que aboga por un arte libre y sincero, inspirado en la tradición y la cultura del pueblo alemán. Su monólogo final, apropiado y distorsionado por el régimen nazi, propició un enfoque siniestro de la ópera, lejos de su defensa del arte como fundamento de la convivencia y la armonía de un pueblo.

 

La portentosa música de Wagner recrea el ambiente de Núremberg con un riquísimo lenguaje formal y armónico que potencia el perfil de los personajes, situaciones dramatúrgicas y discursos de los protagonistas, articulando con pericia y fluidez los corales religiosos luteranos, marchas, canciones de trabajo, melodías populares, bailes y evocaciones del mundo sonoro de la ciudad. La brillante orquestación, muy articulada a la trama y sin los vuelos armónicos de sus óperas anteriores, critica, parodia, se mofa y se divierte con los personajes.

 

El director de escena Laurent Pelly potencia, precisamente, el sustrato burlesco de la ópera, alejándose del tratamiento realista del gremio de los artesanos en Núremberg, que emerge en un universo quimérico y poético que refleja el pensamiento, los anhelos y los conflictos de los protagonistas.

 

 La ópera se desarrolla en un mundo devastado e inestable –con escenografía de Caroline Ginet e iluminación de Urs Schönebaum– en el cual los hombres sobreviven gracias a su herencia cultural y artística y a la memoria de su ciudad protectora. Los personajes se mueven en un espacio simbólico de casas de cartón apiñadas como los retazos de una vida estructurada que se tambalea y se derrumba, abriéndose a un nuevo mundo más libre y verdadero a través de la sublimación del arte.

 

La ópera será dirigida por Pablo Heras–Casado, cada vez más vinculado al repertorio wagneriano. Después de haber inaugurado, con gran éxito, la pasada edición del Festival de Bayreuth, con Parsifal (que volverá a interpretar este año), va a dirigir una nueva producción de El anillo del nibelungo, junto a Calixto Bieito, en la Ópera de París. En el Teatro Real interpretará su sexto título de Wagner después de El holandés errante (2017) y la Tetralogía –El oro del Rin (2019), La valquiria (2020), Siegfried (2021) y El ocaso de los dioses (2022)–.

 

Un impresionante reparto de excelentes cantantes-actores dará voz a los peculiares personajes de Los maestros cantores, encabezados por Gerald Finley (Hans Sachs), Leigh Melrose (Sixtus Beckmesser), Tomislav Mužek (Walther von Stolzing), Jongmin Park (Veit Pogner), Nicole Chevalier (Eva), Sebastian Kohlhepp (David) y Anna Lapkovskaja (Magdalene).

 

Junto a ellos, el Coro Titular del Teatro Real, con 112 cantantes preparados por José Luis Basso, y la Orquesta Titular del Teatro Real, con una plantilla de 95 músicos, interpretarán esta nueva gran producción, en la que Laurent Pelly, junto a Jean-Jacques Delmotte, se ocupa también de los más de 300 trajes que utilizarán los intérpretes en escena.





Sinopsis


ACTO I

La hija del orfebre Veit Pogner, Eva, está entre los feligreses, vigilada por su nodriza Magdalene. Walther von Stolzing, joven de una localidad no muy lejana a Franconia, dedica a Eva miradas furtivas que la joven recibe satisfecha. Se conocieron casualmente el día anterior y surgió entre ellos una repentina y mutua atracción. Walther desea hablar con Eva y esta logra zafarse un momento de Magdalene para facilitar el diálogo. Al advertirlo, Magdalene le recuerda a Eva que ha sido prometida en matrimonio por su padre a quien resulte vencedor del concurso de canto que ha de celebrarse con motivo de la festividad de San Juan. Esta noticia inquieta a Walther por ignorar de qué se trata.

David, un aprendiz del zapatero Hans Sachs y amante de Magdalene, prepara el recinto para una reunión de los maestros cantores, y es el indicado para informar a Walther de las reglas por las que se rige ese concurso. David comienza una larga instrucción al respecto, ya que Walther ha prometido a Eva presentarse al certamen y conseguir su mano. Poco a poco van llegando los maestros, cada uno representante de un oficio: el peletero Kunz Vogelgesang, el fontanero Konrad Nachtigal, el escribiente Sixtus Beckmesser, el panadero Fritz Kothner, el estañero Balthasar Zorn, el comerciante Ulrich Eisslinger, el sastre Augustin Moser, el jabonero Hermann Ortel, el fabricante de calcetines Hans Schwarz y el herrero Hans Foltz. También acude el padre de Eva, y el último en llegar es el zapatero Hans Sachs. Beckmesser está muy interesado en Eva y, al observar el interés de Pogner por el joven aspirante recién llegado, comprende que se trata de un rival a quien hay que quitar de en medio como sea.

Los maestros opinan y discuten sobre la realización del certamen y Pogner ratifica que entregará en matrimonio a su hija al vencedor y que si Eva lo rechaza, no podrá elegir a otro de los concursantes. Walther pide ser sometido a una previa prueba. En su canto entusiasta habla de sus deliciosas veladas transcurridas ante la lumbre del hogar leyendo a su poeta predilecto, y del placer de cabalgar en primavera para disfrutar de la naturaleza. Beckmesser se encarga de encontrar los fallos en el poema de Walther y se lo hace saber. Sachs ha simpatizado con el entusiasmo exhibido en Walther y se queda pensativo mientras los demás dejan vacía la sala.


ACTO II

En una calle de Núremberg donde se levantan, una frente a otra, las casas de Sachs y Pogner, va cayendo la tarde. David le cuenta a Magdalene el fracaso de Walther. Una disputa entre los aprendices necesita la intervención de Sachs, calmándoles. Pogner y Eva descansan bajo unos tilos que dan frescor a su casa. El padre tranquiliza ahora a su hija: si no acepta al poeta vencedor, podrá elegir otro siempre y cuando que se trate de un maestro. Sachs se deja llevar por la noche veraniega, cálida y suave, y reflexiona sobre la belleza y poder de la música y el canto en un espléndido monólogo. Eva entra en su taller. La amistad y complicidad entre los dos es grande y, pese a la diferencia de edad, hay asimismo un latente pero no expresado elemento de carácter sentimental. A Sachs no le cuesta trabajo entender la atracción de la joven por el aspirante a maestro. Aparece en la calle Walther y espontáneamente la pareja se funde en un abrazo. Por su parte, desciende por la calle Beckmesser, laúd en mano, porque va a dar una serenata a Eva. Nada más empezarla se produce un molesto ruido que proviene del taller de Sachs. Bekmesser no puede concentrarse y mucho menos que la canción se escuche.

El escribiente está furioso. Entretanto Beckmesser pide a Sachs opinión sobre la canción que está componiendo para el concurso. Con bastante delectación el zapatero le va marcando multitud de errores que Beckmesser se ve obligado a aceptar con desgana. Rasgueos discretos en el laúd se vuelven a producir. Comienza la serenata de las que se hace eco los golpes otra vez dados por Sachs desde el taller indicando las faltas. Beckmesser aumenta el volumen de su voz y Sachs los de los golpes. Es tal el estruendo producido que el vecindario se alerta y protesta. Aprovechando la confusión, Walther y Eva se disponen a huir pero Sachs, que no les había quitado la vista de encima, se interpone. Del griterío se ha pasado a las manos, nadie sabe lo que pasa y por qué pasa. Nadie sabe cómo va a acabar el tumulto, pero todos contribuyen a mantenerlo.


ACTO III

En el taller de Sachs, David se ejercita como aprendiz. Walther llega dispuesto a jugar su última baza: preparar la canción con Sachs. Este le aconseja, le felicita cuando conviene y le corrige cuando es necesario. El entrometido Beckmesser reaparece antes de que Walther termine la corrección del poema. Poco después el escribiente repara en que ese poema inconcluso está encima de una mesa. Desconfiado, deduce que Sachs es el autor y que, posiblemente, va a concursar para conseguir a Eva. En un momento favorable, roba el escrito. Todo Núremberg está reunido en una pradera a las afueras de la ciudad, engalanada con tenderetes y una tribuna de honor. Hay una marcha, encabezada por el gremio de los zapateros seguido por los demás representantes de cada oficio. Sachs pronuncia un discurso en el que elogia a Pogner por entregar a su hija a quien sea el vencedor. Beckmesser es invitado a exponer su canto. No ha aprendido bien, o no ha entendido el poema sustraído ,y su torpeza y vacilaciones despiertan la irritación y las chanzas del público que no comprende cómo se atreve a aspirar al galardón. Llega el turno de Walther. Su canto es poético, hermoso y sobre todo se adapta a las rígidas reglas de los maestros cantores. Entre aclamaciones el premio lo entrega la propia y radiante Eva. Ella toma la corona de Walther y se la coloca en la cabeza de Sachs; este toma la cadena de oro de Pogner y con ella rodea el cuello de Walther. Todos cantan su fervor hacia Sachs y, en conclusiva apoteosis coral, se interpreta un himno que glorifica al arte sagrado alemán.


 

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Ficha técnica

Dirección musical Pablo Heras-Casado

Dirección de escena y vestuario Laurent Pelly

Escenografía Caroline Ginet

Iluminación Urs Schönebaum

Dirección del coro José Luis Basso


Cofigurnista Jean-Jacques Delmotte

Asistente de la dirección musical Friedrich Suckel

Asistentes de la dirección de escena Luc Birraux, Anna Ponces

Asistentes de la escenografía Ariane Chapelet, Elisabeth de Ereño,

Esther Granetier

Asistente de vestuario Anuschka Braun

Preparador musical Jendrik Springer

Supervisión de dicción Rochsane Taghikhani


Reparto

Hans Sachs Gerald Finley

Veit Pogner Jongmin Park

Kunz Vogelgesang Paul Schweinester

Konrad Nachtigal Barnaby Rea

Sixtus Beckmesser Leigh Melrose

Fritz Kothner José Antonio López

Balthasar Zorn Albert Casals

Ulrich Eisslinger Kyle van Schoonhoven

Augustin Moser Jorge Rodríguez Norton

Hermann Ortel Bjørn Waag

Hans Schwarz Valeriano Lanchas

Hans Foltz Frederic Jost

Walther von Stolzing Tomislav Mužek

David Sebastian Kohlhepp

Eva Nicole Chevalier

Magdalene Anna Lapkovskaja

Sereno Alexander Tsymbalyuk

Un aprendiz Pilar Belaval (24 abr; 2, 10, 18, 25 may)

Carolina Bardas (28 abr; 6, 14, 21 may)

Una vecina Irene Garrido (24 abr; 2, 10, 18, 25 may)

Sonia Suárez (28 abr; 6, 14, 21 may)


Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real







Fuente: Teatro Real

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